Hiciste mil promesas, de un futuro mejor; que todo cambiaría, y que habría paz y amor; hiciste grandes planes, que tu amor me darías, que seríamos felices, que esta vez cumplirías. Y hoy me digo acongojado ¿para qué? ¿para qué? si nada ha cambiado, ¿para qué te voté?
A los obispos...¿los votan?...o ¿los botan?
Tras su acción parroquial en Zumarraga y después de una breve estancia en Palencia para hacerse ropa, comprar anillos y preparar la artillería pesada vuelve a Gipuzkoa a salvarnos (incluso a los ateos).
Moonhila y las sectas (Opus y Kikos):
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