martes, 6 de septiembre de 2011

Como trompeta...

Roberto en minutos nada más, debe ir a tocar su bandoneón junto a una orquesta de tango pero algo anda mal antes de salir a escena, descubre consternado que su fueye emite el sonido de una trompeta. Cuando recurre a su luthier para solucionar este enigmático conflicto, descubre un hecho quizás más sorprendente: el instrumento parece tener un sonido diferente en virtud del estado anímico de quien lo ejecute. De esta manera, mientras que para un depresivo luthier se dejan escuchar los acordes tristes y melancólicos del bandoneón, para el músico se destaca una alegre melodía de trompeta.La única posibilidad para Roberto de regresar a las penumbras es dejar ir al amor de su vida, pero ¿Es eso lo que verdaderamente desea?

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