Al final nos quedamos en la ventana sin ver pasar al ciclón...como cuando era niño y nos dejaron sin ir al colegio encerrados en casa...y el ciclón no vino. De cualquier manera tuvimos suerte, el ciclón solo nos rozó y nuestros vecinos franceses se llevaron la peor parte del Xynthia, que los barrió con ráfagas de viento de más de 200 kilómetros por hora, dejando un reguero de muertos y pérdidas.
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