martes, 11 de mayo de 2010

Hain urbil eta hain urrun: NUMEROS PRIMOS GEMELOS


Paolo Giordano, físico y escritor (26 años cuando escribió el libro)

Números primos gemelos...Hain urbil eta hain urrun! (¡Tan cerca y tan lejos!)
El libro de Paolo Giordano, La soledad de los números primos, te atrapa en los dos primeros capítulos, cuando nos cuenta la primera infancia de sus dos protagonistas. Viven con una sobredosis de responsabilidad y con la marca de un drama personal y lleguan a su adolescencia con dos problemas que entorpecen su marcha por la vida (la anorexia nerviosa y lo que parece un síndrome de Asperger)...

No la voy a contar... leerla, se lee de un tirón porque necesitas saber lo que va a ocurrir con los protagonistas, dos números primos gemelos que caminan en paralelo y sin poder tocarse...


San Mauro Torinese, junto al río Po, a pocos kilómetros de la ciudad de Turín, al norte de Italia. (al fondo la montaña donde obligaban a esquiar a Alice)

Vista desde el avión que trae a Mattia de regreso a casa (colina de la Basílica de Superga, en San Mauro Torinese)

A diferencia del anterior libro que leí, de Kirmen Uribe, lleno de referencias de situación, en este parece que hay un intento de despojarlo de datos de lugar para centrarnos en la historia o hacerla más universal. A pesar de todo, algunas pistas indican que la mayor parte del tiempo transcurre en San Mauro Torinese, el pueblo donde nació y vive (?) el autor... en algo se tiene que notar que es una opera prima. Además hay rasgos en el personaje masculino del libro que huelen a autobiográficos... parece difícil describir tan bien algo que no se conoce de cerca...
A algunos les parece que el libro deja el ánimo por los suelos, aunque creo que no cierra ninguna puerta (¿segunda parte?) y la intriga sobre el futuro de los protagonistas se mantiene desde el principio hasta el final.


Autorretrato de Mirja Van Der Meer
La foto de la portada (no es esta de arriba), con la mirada inquietante de la fotógrafa y modelo holandesa Mijan Van Der Meer invita a tomar el libro entre las manos y tratar de descifrar esa mirada.


... y el libro olía a peli... y la peli ya la han hecho...

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